El Patio Herreriano celebra los 25 años de la cesión de la Colección Arte Contemporáneo con 'Es solo una sensación'

Ocupará durante doce meses las salas 0, 3, 4 y 5 del centro, sacando a la luz "muchos de los buques insignias que hace mucho tiempo que no se veían en público"

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El Patio Herreriano celebra los 25 años de la cesión de la Colección Arte Contemporáneo con 'Es solo una sensación'
El autor esMiguel Ángel  Fernández
Miguel Ángel Fernández
Lectura estimada: 3 min.

El Museo Patio Herreriano de Valladolid celebra el 25 aniversario de la cesión de la Colección Arte Contemporáneo a la ciudad con la exposición ' Es solo una sensación', una muestra que reunirá, durante los doce próximos meses una selección de obras que conforman esta "magnífica colección que recoge la vanguardia artística española de la primera mitad del siglo XX", en palabras de la concejala de Educación y Cultura, Irene Carvajal.

La muestra, que ocupa las salas 0, 3, 4 y 5, aglutina creaciones de artistas como Jordi Colomer, Elena Asins, Adolfo Schlosser, Joaquim Chancho, Carlos León, Luis Fernández, Sergio Prego, Rosa Brun, Manolo Calvo o Baltasar Lobo entre otros muchos, con el objetivo de "celebrar" y "rendir homenaje" a la labor filantrópica realizada por los empresarios españoles que decidieron dar forma a la Colección.

"Los fondos son de una calidad absolutamente indiscutible. Fueron adquiridos por muchos de los grandes historiadores del arte las dos últimas décadas del siglo pasado, que compraron las mejores obras de los mejores artistas en sus mejores momentos. Todo lo que tenemos es indiscutible y sensacional", defendió el director del centro, Javier Hontoria.

En su relato para explicar el argumentario tras la muestra, Hontoria intentó explicar que pretendían precisamente "huir del relato para luego caer en la frustración de que por mucho que queramos callar, las piezas acaban siempre contando algo". "Vivimos tiempos de exceso de imágenes, con los 'mass media', la irrupción de la tecnología… Parece que el arte es un mero ilustrador de una historieta que alguien se inventa. Es algo cansino en muchos casos, pero es muy difícil eludir plenamente el relato y conseguir no contar nada", argumentó, dejando una idea en el aire: "Cómo no van a contar estos colores, esta calidez...".

En esta muestra han querido "sacar a la luz muchos de los grandes buques insignias de la CAC", muchos de los cuales "hace tiempo que no se veían", en alusión a piezas como 'Pintura 670', de Joaquim Chancho o una caja de luz de Eusebio Sempere. "Se trata de seguir haciendo público este conjunto de obras maravillosas", incidió, antes de referirse a que la disposición de algunas de las obras conforma "espacios que son un contrapunto de sí mismos". "Esa sensación que quería enhebrar esta exposición al final se convierte en una idea, un cuento, una historia, un relato, para enorme frustración de quien lo hace", remachó.

La muestra recoge en la sala 0 dos obras de temática política, el audiovisual 'Pegasus dance', de Fernando Sánchez Castillo, y 'Ciudad Universitaria', un gouache sobre papel de José Caballero. El minimalismo preside las piezas escogidas para la sala 3, ya en la segunda planta del Museo, con obras de Soledad Sevilla, Jordi Teixidor, Juan Luis Moraza o Joaquím Chancho, donde se adivina más una apuesta por la seducción rítmica y cromática que por la voz enmudecida y ombliguista del arte minimalista.

En la sala 4 encontramos obras de artistas de diferentes generaciones y contextos, desde Jaime de la Jara hasta Cristina Iglesias, desde Sergio Prego hasta el Equipo 57, con los colores ocres dominando, y espacios en conflicto entre sí. Y la muestra concluye en la sala 5, donde la apariencia es "más terrosa, más telúrica", con algunos de los grandes clásicos como Schlosser.

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