Este viernes 1 de septiembre, Valladolid se despertó con un cambio drástico en su panorama urbano, ya que las estaciones de servicio de la Circular, Poniente y Vallsur han cerrado sus puertas de manera definitiva. Este abrupto cierre obedece a la expiración del contrato de concesión que se mantuvo vigente durante los últimos 25 años.

Las estaciones de servicio de la Circular y Vallsur tenían una plantilla conformada por un total de tres personas que se ocupaban del correcto funcionamiento de las estaciones durante los siete días de la semana. Sin embargo, en la gasolinera situada Poniente, tras una reducción de horario a principios de año, solo quedaba un empleado.

No obstante, lo más impactante en este cierre es el estado de incertidumbre que ha rodeado a los trabajadores en los últimos meses. A pesar de las promesas cambiantes y la falta de claridad en la comunicación, muchos de ellos se presentaron este jueves en sus lugares de trabajo sin tener certeza sobre si seguirían empleados.

El actual responsable del desmantelamiento de estas estaciones, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valladolid, Ignacio Zarandona, ha destacado que la decisión de mantener o cerrar las estaciones es una cuestión política. Esta falta de claridad en la comunicación ha generado confusión y preocupación entre los trabajadores, quienes finalmente han enfrentado el cierre de las estaciones sin, todavía, una respuesta definitiva sobre su futuro.