Monchu, con un solitario gol en el minuto 81, dio una importante victoria por 1-0 al Real Valladolid, que se acerca a los puestos de ascenso directo, ante un Eldense que plantó cara y al que anularon dos tantos.

El técnico local, Paulo Pezzolano, volvió a sorprender con el once titular, en el que volvió a apostar por Javi Sánchez en el centro de la defensa, por Oliveira, de medio centro, y Salazar y Marcos André como referentes ofensivos, ante la ausencia de Sylla.

Su homólogo en el banquillo visitante, Fernando Estévez, también realizó varios cambios respecto a la anterior jornada ante Andorra, incluyendo la portería, que pasó a defender Mackay, además de Dumic, Cris Montes, Mo Dauda y Monsalve.

Estaba claro que el cuadro alicantino iba a cerrar filas para impedir que los locales pudieran tener llegadas claras a su área, lo que trabó el juego, prácticamente, desde el primer minuto. Espectáculo, lo que se dice espectáculo, no tenía visos de verse en el José Zorrilla.

Aún así, el cuadro de Pezzolano tomó la iniciativa con el balón, y buscó desplegar sus armas, a través de Oliveira, de un Marcos André con hambre de gol, y de un Monchu que disparó dos veces entre los tres palos, para encontrar a un bien situado Mackay en la meta.

Mientras, el Eldense esperaba su oportunidad. Y Dauda fue ejemplo de ello. Aprovechó su velocidad para plantarse en el área pequeña del rival, aunque su disparo salió demasiado cruzado, y no halló portería.

La lesión de Biuk, que apenas tocó un balón, dio entrada a Raúl Moro en el extremo izquierdo. Pero resultaba tremendamente difícil romper la muralla instalada por el conjunto visitante, y empezaba a hacer acto de presencia cierta frustración.

Porque, además, el Eldense no renunciaba al ataque, lo que hacía que los vallisoletanos tuvieran que prestar atención ante una posible acción de peligro que frenase su carrera hacia el triunfo.

Tras la reanudación, los alicantinos salieron con ganas, y en una jugada ensayada de córner, Timor lograba marcar un golazo, que sería anulado por fuera de juego, después de varios minutos de gran tensión.

Los de Estévez dejaron constancia de que estaban muy vivos, ante un Real Valladolid sin capacidad para crear, sin profundidad, sin ideas y sin rumbo. El único que mostraba entrega era Moro, pero no encontraba apoyos.

Ni con los cambios, el cuadro blanquivioleta lograba desatascar el partido. Entraba en juego la desesperación, puesto que un punto resultaba insuficiente. Y cuando todo parecía abocado a un empate sin goles, Monchu cabeceó de forma magistral un centro de Luis Pérez, para inaugurar el marcador.

La afición desataba su alegría ante ese gran gol, pero había por delante once agónicos minutos de prolongación. De ahí que Pezzolano diese entrada a Boyomo y Juric, para tratar de amarrar los tres puntos, y Estévez, a Juanto y Poloni, para buscar el empate.

De hecho, tras un córner, los de Alicante marcaron gol, pero en fuera de juego. El silencio se hizo en el José Zorrilla ante el empuje visitante. El tiempo parecía no correr, y aun podía suceder cualquier cosa. Mas nada ocurrió, y los tres puntos se quedaron en Valladolid.