Dimas Rodríguez Izquierdo, la calle de un arquitecto tordesillano
Esta calle que cambió el sentido de la circulación automovilística siendo alcalde Claudio Cáceres, con la reforma de la carretera de La Coruña en sus accesos a la Providencia, es una de las calles que protege sin duda alguna al peatón con aceras destacadas en ambos sentidos, muestra urbanística más que adecuada, importante y segura, pues encauza el tráfico de acceso al centro de Tordesillas que, como suele decirse, es el Foraño, la antigua puerta del Mercado, hoy plaza de Pepe Zorita.
Urbanísticamente el cambio marcado por la Corporación municipal que presidió Cáceres ha pervivido como una de las intervenciones más afortunadas de una Alcaldía realizada hace unos años y que prevalece hoy como ejemplo palmario de cuando las cosas se hacen bien pensando en los ciudadanos.
En ella se levanta la casa de un personaje importante en la vida madrileña y que desciende de Tordesillas. Me refiero al arquitecto constructor del Barrio de Salamanca y de otros edificios de Madrid, Dimas Rodríguez Izquierdo. Esta calle fue bautizada con su nombre tras acuerdo de la Alcaldía de Tordesillas, fijando así su placa que puede verse en la misma fachada del inmueble.
Los personajes de Tordesillas, unos han sido reconocidos por su labor, otros olvidados y los hay también a los que se vilipendia su memoria, pese a haber sido artífices de logros para el engrandecimiento de la Villa por múltiples circunstancias del egoísmo humano.
Esta casa que aún hoy día permanece en pie sigue reviviendo la memoria de un hombre que dedicó su vida a la edificación como actividad honrosa que hace sobresalir a estos prohombres.
Franco de la Riba; Pepe Zorita, Juan Bueno; Gonzalo Coello; Emilio Pascual; Benito Tapia; Florentino Tiedra; Matías Maroto; Saturnino Fernández; Mariano Álvarez; Norberto Escudero; Julián Rodríguez; Félix Bermejo; Guillermo Toribio; Exuperio Alonso; Ubaldo Tapia, Cipriano García; Bruno Bedoya; Isaac Fernández, Julio Fernández... son contemporáneos de Dimas. Y aunque casi nadie se acuerde de ellos, hoy contemplando el viejo edificio, la casa de Dimas, junto a la carretera de Zamora, es admirable que se siga conservando entera y con estas líneas también su memoria y sus acciones.