Noticias a conveniencia

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Noticias a conveniencia
Marcos Pastor Galán
Marcos Pastor Galán
Lectura estimada: 4 min.

La sanidad española hablando como conjunto, pasa por un buen momento. Aunque no suene igual si hablamos de los centros de forma individual. Ahí interfieren factores que van desde los gerentes incompetentes nombrados por políticos hasta, en muchas ocasiones, los trabajadores. Pero por desgracia la politización de los titulares de prensa deja un reguero tan amargo como absurdo, porque solo es necesario cotillear para saber que se exponen cosas mientras se ocultan otras.

Estos días, el periodista conocido en redes como Radioactivo (José Antonio Piñero), hablaba de la falta de ética en el periodismo. Trataba dos accidentes de tráfico mortales donde unos medios airearon la nacionalidad del infractora dado que era extranera. Mientras que, los mismos, la omitieron en otra noticia, siendo un español. La conclusión de Radioactivo era que la nacionalidad no tenía repercusión real para la noticia. Se utiliza simplemente como reclamo publicitario político.

Con las mismas amanecía ayer, por uno de esos medios, "la pésima gestión de la sanidad en Ceuta y Melilla a cargo del Ministerio de Mónica García". Y no seré yo quien diga que Ceuta y Melilla tengan un sistema sanitario solvente, de hecho, no. La clave es que ni lo tienen ahora, ni lo tuvieron antes, debido a sus limitaciones geográficas evidentes. No es lo mismo desplazarte a Ávila desde Zamora, que a Sevilla desde Bilbao. Con las mismas, no es precisamente fácil acudir a las ciudades autónomas bajo el estrecho.

La clave de la noticia es que La Razón resaltaba la falta de uso de los robot Da Vinci y de una resonancia magnética. También habla la noticia de que la falta de cardiólogos intervencionistas mantienen inoperativa una sala de hemodinámica. Por supuesto, aprovecha la noticia para tener connotaciones negativas sobre el Ministerio y positivas sobre el PP, quien denuncia preocupado la situación. Y todo el drama llega hasta ahí, que no es poco, aunque sí es un tanto falaz si lo comparamos con, mismamente, Castilla y León, gobernada por el mismo partido que se preocupa por Ceuta y Melilla.

¿Cuántas veces nos hablan de las averías en los TAC de Castilla y León? Pocas, tan pocas que parece que no suceden. De hehco, nunca se habla del tema. Aunque puedo garantizar que es algo incluso normal, porque cualquier máquina está expuesta a una avería. Es cierto que se desplazan pacientes una buena kilometrada a otras provincias porque el TAC se ha estropeado. Y no es puntual, hablamos de averías que abarcan varios días.

Podríamos tratar el tema de los robot Da Vinci, pero para poder hacerlo, deberíamos tenerlos en todas las provincias y en cantidad suficiente. Es imposible infrautilizar algo que no existe. Sobre las salas de hemodinámica, ni están, ni se las espera. Resulta que es un auténtico drama tener una sala inoperativa en Ceuta mientras, por lo que sea, no lo es que ciudades como Ávila y Segovia (cada una con casi tanta población como Ceuta y Melilla juntas), ni siquiera dispongan de una sala donde hacer coronariografías.

Por otra parte y ya que entramos en materia delicada, podríamos hablar de las salas de radioterapia como la que hay en el Hospital General de Segovia, que no la hay. Está externalizada en el grupo privado Recoletas, donde dispusieron un lugar para la máquina pública y, seguramente, no es un acto altruista. Casualmente fue inaugurada allí por el antiguo delegado de la Junta en Segovia, quien ahora ejerce de alcalde con el mismo partido que se preocupa por Ceuta y Melilla. Toda una proeza para su propia ciudad.

Si huimos de Castilla y León, trataríamos también la externalización abusiva de servicios sanitarios en la Comunidad de Madrid, los sobrecostes y la reducción de camas con el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, los escándalos que azotan Andalucía con contratos basura al personal, … Cientos de ejemplos donde La Razón puede hablar y no lo hace, donde podría presionar para mejorar.

Sin embargo, Ceuta y Melilla continúan en su misma problemática de siempre, independientemente del gobierno que haya. No son destinos atractivos. Posiblemente cada vez lo serán menos y no es cuestión económica siquiera. Si ofrecieran grandes salarios a cambio de ejercer allí para siempre, tampoco obtendrían el personal necesario. Pero si aprovechamos un problema y lo vendemos como algo actual, parece aceptable para unos cuantos, o para recibir la subvención de turno.

La realidad es que la sanidad española puede mejorar. También es verdad que tras los recortes en la crisis internacional, se ha recuperado la inversión anterior. De hecho, ha aumentado, aunque en mi opinión esté mal gestionado. Lo que sucede es que no se optimizan los recursos en materia de efectividad y eficiencia, solo se exponen ante la población para dar buena prensa. Aunque este es un debate largo que no cabe hoy.

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