La Soledad se abre paso en la noche de Valladolid tras un Viernes Santo truncado

La Virgen de las Angustias volvió a salir y a lucir su belleza sombría y serena ante un público expectante

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Virgen de las Angustias. Fotos: Sergio Borja
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 2 min.
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La noche se hizo aún más densa en Valladolid con el silencio contenido de una ciudad que, tras la suspensión de la Procesión General del Viernes Santo por causas meteorológicas, aguardaba con una mezcla de emoción y recogimiento el inicio de una de sus citas más esperadas: la Procesión de la Soledad.

A las 23:30 horas, con solemnidad, las puertas de la Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias se abrieron para dar paso a la imagen titular de la cofradía 'Nuestra Señora de las Angustias, una obra de Juan de Juni y fechada en la segunda mitad del siglo XVI. Una joya escultórica que encarna como ninguna el dolor contenido y la ternura trágica de una madre que ha perdido a su hijo.

La Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, custodios de esta tradición centenaria, asumió una vez más el peso emocional y litúrgico de una noche especial. No solo por lo que representa esta procesión -el duelo íntimo de María en soledad-, sino por el contexto: la suspensión de la gran procesión general había dejado a la ciudad con un vacío simbólico. Esta salida, por tanto, no solo fue una promesa cumplida, sino también un consuelo compartido.

Desde la calle Angustias hasta el regreso al templo, el cortejo recorrió calles cargadas de historia: Alonso Berruguete, San Juan de Dios, San Blas, la plaza de San Miguel, San Antonio de Padua, plaza de los Arces, Leopoldo Cano... Todo el recorrido fue seguido por un público respetuoso y numeroso, consciente del carácter único de la procesión de esta noche, al que acompañó la música de la Banda de Íscar.

Valladolid, ciudad de silencios y de arte sacro, volvió a rendirse ante la belleza sombría y serena de esta imagen que, durante siglos, ha encarnado el rostro del dolor mariano.

 

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