El cielo se abre para la Pasión del Redentor

La Procesión General se pudo desarrollar en su recorrido y formato habitual, aunque con una hora de retraso

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El cielo se abre para la Pasión del Redentor
Foto: Sergio Borja
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
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Apenas había dado tregua el agua desde el martes. La llegada de las lluvias, necesarias pero inoportunas, había obligado a cancelar o readaptar la mayoría de los actos procesionales, como el Sermón de las Siete Palabras en la mañana del Viernes Santo. Sin embargo, en esta ocasión, las previsiones meteorológicas acertaron anticipando que se abriría una ventana de buen tiempo justo para poder dar salida a la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, aunque, eso sí, con una hora de retraso.

Sobre las cinco de la tarde empezaron a salir los primeros rayos de sol y en torno a las 18:00 horas, comenzaron a colocarse las sillas en la Plaza Mayor. No obstante, pasadas las seis y media, la Junta de Cofradías anunció a través de las redes sociales que se aplazaría una hora el inicio, previsto para las 19:30 horas, por lo que las 20 cofradías rápidamente se reorganizaron para estar en orden a la nueva hora señalada.

Así, a las 20:30 horas empezaron a desfilar desde la Iglesia de las Angustias los 33 pasos que componen la iconografía de la Pasión del Redentor, empezando por Jesús de la Esperanza, La Sagrada Cena, La oración del Huerto y el Prendimiento de Jesús en el Huerto de los Olivos, en un recorrido lleno de gente en la mayoría del trazado.

En la tribuna de autoridades, instalada en la plaza Mayor, se encontraba el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, junto al arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Arguello; el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, y el presidente de la Diputación Provincial, Conrado Íscar, entre otros, ya que también se encuentran en la capital vallisoletana seis embajadores -Eslovenia, Alemania, Rusia, Panamá, India e Israel-.

A pesar de que se había previsto una alternativa, en caso de inestabilidad climática, para acortar la duración de la procesión marchando con filas de cuatro cofrades, se optó por el orden habitual con filas de dos. Por la Plaza de la Libertad y la Bajada de la Libertad seguía la marcha procesional con las Las lágrimas de San Pedro, Los Preparativos para la Flagelación, El Azotamiento del Señor y el Señor Atado a la Columna, con la música de Mater mea como acompañamiento, entre otros temas típicos.

Con las temperaturas ya bajando y obligando a abrochar bien los abrigos e, incluso, a sacar alguna manta, el público, con muchos niños en primera fila, se mantenía quieto sin perder detalle de las nuevas imágenes que llegaba: el Ecce Homo, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Camino del Calvario, Preparativos Para la Crucifixión y Santísimo Cristo Despojado. No obstante, y a pesar del frío, la devoción de algunos cofrades les llevó a hacer penitencia y procesionar con los pies descalzos. 

La música de las Bandas de Cornetas y Tambores, de las Bandas de Música, de las Dulzainas y Gaitas y de la nueva Agrupación Musical de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo elevaban la emotividad a su paso. El trayecto continuaba por la Plaza Fuente Dorada y Ferrari hasta llegar a una Plaza Mayor expectante, aunque con las gradas poco pobradas, aprovechando, además, las dos gradas nuevas incorporadas este año. 

El relato de la Pasión de Cristo se sucedía y llegaba el Santísimo Cristo del Perdón y la Elevación de la Cruz, para dar paso a las tallas de esas Siete Palabras que por la mañana se recrearon en el Sermón: Así, procesionaron: 'Padre, perdónales porque no saben lo que hacen'; 'Hoy estarás conmigo en el Paraíso'; 'Madre, ahí tienes a tu hijo'; 'Díos mío, Díos mío, por qué me has abandonado'; 'Sed Tengo', 'Todo está consumado' y 'En tus manos encomiendo mi espíritu'.

Por la calle Santiago hasta la Plaza Zorrilla continuaban pasando las imágenes de una procesión que se viene celebrando desde el año 1810. Era el turno del Santísimo Cristo de la Luz, El Santo Cristo de la Preciosísima Sangre, San Juan Evangelista, El Descendimiento y Nuestra Señora de los Dolores de la Santa Vera Cruz.

Noche cerrada en Valladolid y silencio riguroso y respetuoso en todo el recorrido, que continuaba por Miguel Íscar, Duque de la Victoria, calle Regalado y, finalmente, Cánovas del Castillo. Cerrando la procesión, los últimos pasos: 'El Cristo de la Cruz a María'; 'La Quinta Angustia'; 'La Santa Cruz Desnuda'; 'El Cristo Yacente', 'El Santo Sepulcro' y 'Nuestra Señora de las Angustias'.

Con la llegada de esta última a su Iglesia Penitencial se entonó la Salve Popular y se impartió la Bendición por parte del Arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello.

Como es tradicional, media hora después de concluida la Salve, salió de la Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, la Procesión de la Soledad, con la imagen de Nuestra Señora de las Angustias (Juan de Juni, posterior a 1561), acompañado de su cofradía titular, con lo que, ya bien entrada la madrugada, se puso fin al Viernes Santo y se dio el inicio al Sábado Santo.

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