Después de una buena temporada de asueto, volvemos a retomar el buen uso y costumbre de escribir un texto semanal, estupenda actividad que ayuda a mantener la mente en forma, es como ese mínimo de tres horas semanales de ejercicio moderado que los expertos aconsejan para mantenerse físicamente en estado razonable, si además te leen, pues miel sobre hojuelas.

¿Y que tenemos esta semana en candelero?, pues hombre, hablando de candela, como vamos a pasar por alto que tenemos medio país ardiendo por los cuatro costados. Y todo por culpa de la ola de calor y del cambio climático, según el gobierno, aunque muchos pensemos que a ellos les cae más culpa, hacen más caso a ecolojetas y oportunistas que, con tal de vivir del cuento, defienden su postura con los razonamientos de quien no sabe hacer la o con un canuto y no sirve ni para soplar velas, eso sí, siempre dispuestos a apoyar y asistir a cualquier algarabía o follón que interese al partido y al gobierno que les tira pan.

Como si no hubiera doctores en la iglesia e ingenieros de montes en la nómina pública, lo que pasa es que no van a poner en práctica indicaciones acertadas si no convienen a sus intereses ni sirven para mantener aborregado al personal. A pedro Sánchez le viene mejor hacerse la foto con los defensores de la naturaleza salvaje, del lobo y de la culebra bastarda, deberían haber posado de riguroso luto por todos los animales abrasados, que ellos dicen proteger, y de los que casi nadie habla, de los que apenas existen imágenes, lo que no viste no conviene, queda muy bonita la imagen de unos bomberos dando agua a un pobrecito corzo al que debieron proteger una legión de ángeles de la guarda, pero sería conveniente exponer también los cadáveres de su familia hinchados y chamuscados, para que la gente sepa que no vive en el mundo de Disney.

Desde que tengo uso de razón, he oído que los incendios se apagan en invierno y, en estos días lo he vuelto a escuchar hasta la saciedad, cuando truena, todo el mundo se acuerda de Santa Bárbara. No se puede abandonar los montes para que se conviertan en un polvorín. No se deben dejar cual tabula rasa, pero no permitir la retirada de un árbol seco, sin tener que solicitar tres permisos, tampoco es.

Se quejan los dueños de las fincas de que no se les permite hacer labores de limpieza y faltan cabras en el monte, así dicen algunos que, mas cabras en el monte
y menos en los despachos, otros los llaman de otra manera, relacionada con la especie, pero esos es que son mal hablados.

También puede haber burros en el monte y en la Consejería de Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática, Transición y puntos suspensivos, de la Comunidad Valenciana. Dios, que poca utilidad y vaya fábrica de chapuzas para nombre tan rimbombante. Soltó en el monte medio centenar de borricos, para que mantuvieran la vegetación a raya, y los pobres borricos, que eran de pesebre, acostumbrados a mesa puesta, abandonados en el monte, no fueron capaces de sustentarse comiendo retamas a diente, unos murieron de hambre y de sed y los que quedaron estaban en tales condiciones que Rocinante a su lado parecería un percherón de 500 kilos.

No hace falta ser biólogo ni veterinario, solo algo de sentido común y un poco de cultura, para saber que una cabra tira al monte mas que un pollino, pero si se los
llevas, al menos cuídalos y no los abandones. En estos días, están visitando el juzgado de instrucción unos cuantos imputados por maltrato animal. Es un ejemplo más de lo que sucede donde meten la mano los correligionarios políticos de la Sra. Mireia Mollà.

Con tanto parado y tan poca gente cuidando montes y reforzando la labor de vigilancia de los agentes forestales, que no vendría nada mal teniendo en cuenta que los calores, la tentación de un monte polvorín y el efecto imitación que anima a los pirados pirómanos, porque nadie duda de que al menos, el ochenta por ciento de los fuegos son intencionados y como mucho el 20 por ciento restante debidos a negligencias y causas naturales.

Para combatir los incendios, no todo tienen que ser bomberos.
Es curiosa la reacción de socialistas y tertulianos comprados ante la sentencia de Chaves y Griñan, hace tiempo perdieron cualquier atisbo de vergüenza y hasta del sentido del ridículo, pero en ocasiones como esta se derriten. Así que ambos condenados son ejemplo de honradez, hay que fastidiarse, lo que hay que oír, ahora va a resultar que los jueces son los injustos y los ladrones el ejemplo a seguir.

Pues mire Vd., tan ladrón es el que roba como quien le ayuda y quien contemplándolo, y más pudiendo evitarlo, calla y no hace nada, hace pensar que no se limitaron a callar, probablemente ordenaron el latrocinio, aun así habrá quien diga que no lo hicieron motu proprio, que lo hicieron por indicación del partido y eso, claro, les convierte en buenas personas, ejemplo de honradez. Que no se han lucrado, que no se han llevado ni un céntimo, no me digas. Si el producto de la estafa se empleó, además de para whisky, coca y putas, para ejercitar el clientelismo, comprar voluntades y votos, ¿acaso eso a ellos no les benefició?, ¿eso es honradez?, venga ya.

Estos progresistas, que tanto presumen de demócratas, utilizando dinero público para comprar votos, si eso no es prostituir la democracia, ¿entonces qué es? Se supone que en democracia el ciudadano debe votar en conciencia, y no en función de la paga recibida. A Griñán no le veremos en la cárcel, ni tan siquiera unos días para hacer el paripé.

El gobierno pondrá en marcha el mecanismo del indulto, medida que debería ser excepcional y han convertido en práctica habitual para favorecer a sus conmilitones, van a tener tajo, tendrán que acordar indultos colectivos, como hacían los curas en las ocasiones en que se les acumulaba el trabajo, hacían confesión general por tandas, que en mi pueblo lo he visto yo en aquellos tiempos, dando la absolución e imponiendo la penitencia en común, como quien repartía café
para todos, con la ventaja de que el indulto no lleva penitencia. Jesucristo, en la cruz, perdonó al buen ladrón, pero al menos Dimas se había arrepentido. Los indultados, y sobre todo sus colegas de partido, viendo que la faena sale gratis, es normal que se animen. Así nos va.

A otros, por asuntos, cuya gravedad no supera la de la trama de los ERE, les han caído, y bien caídos por merecidos, un montón de años, los ladrones a prisión y embargo de sus bienes para restituir el daño causado, sean del partido que sean.
Al que fue delegado del gobierno en la Comunidad Valenciana, este del PP, la fiscalía le pide 21 años de prisión, y al empresario implicado en la conchabanza 33, oye tú, la edad de Cristo.

Teniendo en cuenta la sentencia de los expresidentes andaluces, a estos les caerá, como mucho, unos meses y una multa floja, eso sí, esperemos que, si resultan condenados, al menos los del PP no salgan en tumulto a decir que Serafín es un ejemplo de honradez y ejercicio de su responsabilidad, creo que no será así, estos parecen más decentes que los otros.

Y para que insistir en el aluvión de casos que abundan en los medios, de todos y para todos, hasta el apuntador de cualquier función gubernativa es sospechoso, como no vas a tener la sensación de que hay más chorizos en política que en que en los mostradores de las charcuterías y las cámaras de las fábricas de embutidos juntas. Y las gordas a la playa, que lo ha dicho la ministra de igual da y ha repartido carteles. Lo que hay que aguantar.