Vicios ocultos (Apple TV) Lo que le pido a una serie de Tv es saber... si añade algo a mi experiencia de la vida. La serie Vicios ocultos hace buena esta máxima. Una serie bien construida, -como esta- suscita el asombro del espectador y mueve a la reflexión. Todos tenemos un sueño, algún nirvana que nos imaginamos. Ese lugar al que queremos llegar y que significará que lo hemos conseguido cuando tengamos: éxito, felicidad, paz. Andrew 'Coop' Cooper (Jon Hamm, el actor de 'Mad Men' que encarnó al personaje de Don Draper) es el protagonista de la serie, un administrador de fondos, divorciado que recurre a robar las casas de sus vecinos ricos cuando vienen mal dadas.

'Coop' tiene de todo: vivienda ideal, familia y trabajo a su medida. Luego vienen los líos y acabará robando en las casas de sus amigos y vecinos. Ahí empieza la curiosidad. La curiosidad en donde la personalidad de 'Coop' se convierte en patología, tiene su punto. Ser único no es fácil, es mejor ser como el resto, y sentirse parte de algo, eso es mejor que estar más solo que la una.

En el curso accidentado de la vida, 'Coop' se va dando cuenta que las amistades se sueltan y se caen como hojas de los árboles. Que la lealtad igual que se alimenta se puede pudrir en cualquier momento por culpa de sabe Dios quien.

El sentido de las cosas (Max), dirigida por Keren Ben Rafael, es una adaptación libre de Vivir con nuestros muertos, un ensayo autobiográfico de la rabina francesa Delphine Horvilleur protagonizado magistralmente por la actriz Elsa Guiedj. La serie cuenta como una joven crecida en una familia atea de Estrasburgo explora de manera muy particular su religiosidad.

El empeño de Léa Schmoll, aspirante a rabina, para que la gente de su alrededor pueda vivir bien y también a morir, con un toque de humor, dice mucho de nuestra sociedad actual. La gran pregunta que se hace en esta serie es ¿Como se puede servir de guía a los demás, cuando uno mismo se debate entre los fundamentos del amor, la familia y el sentido de la vida?

En estos tiempos de odio y pobreza moral, resulta un alivio tener programadas series que cuenten historias verdaderas. Con personajes creíbles y atractivos para el espectador.

"Todas las desgracias del ser humano se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente en casa viendo series de TV, tranquilamente, solo en su habitación", (Blaise Pascal, Pensamientos,1669).