El monumento que se sitúa en el centro de la Plaza Mayor de Villalar es un rollo de justicia levantado en 1889 en memoria de Padilla, Bravo, Maldonado y María de Pacheco
El Viernes Santo esquiva la lluvia en Rioseco
Los siete pasos de la procesión de la Soledad pudieron desfilar por las calles riosecanas en una procesión única
Viernes Santo y Medina de Rioseco. Un binomio difícil separable en la Semana Santa de la Ciudad de los Almirantes. Junto a la del Jueves estas dos procesiones son las que realmente dan fama a la Pasión riosecana.
Había mucha preocupación entre los cofrades y riosecanos. Las previsiones meteorológicas no eran muy halagüeñas en los últimos días. Pero finalmente la lluvia dio la suficiente tregua como para que los siete pasos que conforman la procesión de la Soledad pudieran, salir, de nuevo a la calle cumpliendo los ritos y la tradición centenaria.
A primera hora de la tarde, las seis cofradías que conforman este Viernes Santo se daban cita en los populares refrescos. Allí los Mayordomos, figura representativa de cada hermandad, convidaba al resto de los hermanos a café, copa y unos dulces, en una tradición muy arraigada en Rioseco.
El Pardal, una figura que por transmisión generacional, anuncia con su toque de trompeta el paso de las procesiones, iniciaba la recogida de gremios, marcada por la incertidumbre de los aguaceros. Se trata de una procesión cívica en la que los cofrades que sacarán los pasos desfilan por las calles de Rioseco hasta llegar al Ayuntamiento de la ciudad, donde invitar a las autoridades a participar en la procesión.
Tras los oficios, celebrados en la iglesia de Santa María, la procesión salía puntual ante el aplauso de cofrades y foráneos. A pesar de lo desapacible de la tarde, el corro de Santa María es un hervidero de gentes, también de nervios, recuerdos y vivencias. Del salón de pasos, única edificación que se conserva en pie de la antigua penitencial de la antigua Quinta Angustia, saldrán los dos conjuntos escultóricos de La Crucifixión y el Descendimiento, conocidos en Rioseco como Longinos y Escalera, a golpe de riñón de los veinte afortunados que, por riguroso orden de lista, sacarán el paso.
El cadena del Longinos ha mandado rezar por los hermanos difuntos. Toda la Hermandad se ha puesto de rodillas en uno de los momentos más simbólicos y sobrecogedores de la Semana Santa de Rioseco. Suena la Lágrima, marcha icónica de la Pasión riosecana. Últimas indicaciones y comienza el milagro. El titánico conjunto escultórico que representa La Crucifixión del Señor se eleva en los brazos de los cofrades y comienza la maniobra. Los veinte longineros han tenido que esforzarse para sacar del antiguo Salón de Pasos, a sangría, el monumental conjunto, que ya descansa sobre las horquillas en el primer poso.
La operación se va a repetir con La Escalera. Ahora es el cadena del Descendimiento, patrón de este monumental barco que quiere ver la luz. De nuevo, de rodillas, un recuerdo emocionado a los que se fueros, un poco de resina sobre las cuarenta manos de los veinte hermanos que, a golpe de fe y esfuerzo, obrarán la proeza de que El Descendimiento salga a las calles de Rioseco.
Hay que bajar más. El codo de Nicodemo tiene que salvar el dintel. El momento es angustioso, por emocionante. El esfuerzo impresionante. Pero La Escalera, 51 semanas después, ha salido de su Capilla. Los aplausos sinceros premian la entrega y la pericia de veinte personas que han puesto el alma en la maniobra.
Tras Longinos y Escalera, le toca el turno al Cristo de los Afligidos y al de La Paz. El impresionante crucificado también tiene su enorme complejidad para salir de la gótica puerta de la iglesia de Santa María. La estampa es maravillosa, cuando la cruz se acopla en la pétrea portada. Cientos de cámaras y móviles inmortalizan el momento. Los bellos pasos de la Virgen de la Piedad, Sepulcro y Soledad también han salido a la calle, tres cofradías que aportan una imagen de orden y seriedad única. Todos conforman una procesión digna de ver.
Aunque pendientes del cielo, la procesión transcurrió con cierta normalidad y los pasos pudieron cumplir con tradiciones tan riosecanas como el baile, meciendo lentamente los conjuntos al ritmo de la música en la calle Mayor, la rodillada en forma de reverencia a la Virgen de la Cruz o la subida, casi a marcha ligera, de los pasos en la empinada cuesta de la calle Mediana.
Al filo de la media noche, se entonana la Salve a la Virgen de la Soledad y los pasos regresaban de nuevo a la iglesia de Santa María y a la capilla de los Pasos Grandes. Se había cumplido el rito y un pequeño milagro. La lluvia en Rioseco sí dio tregua.
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La iniciativa se enmarca en la conmemoración del Día Europeo de la Información Juvenil, instaurado en 1983 por la Agencia Europea ERYICA
Esta actividad forma parte de las rutas programadas por el Ayuntamiento que sirven de preludio para las Jornadas de Medio Ambiente que se celebraran en junio