La procesión del Santo Cristo de la Clemencia cumplió, sin imprevistos, su recorrido habitual de Martes Santo, el desfile penitencial más joven de todos cuantos se celebran en la Semana Santa de Medina de Rioseco. El imponente crucificado, tallado a finales del siglo XVI por el riosecano Pedro de Boulduque, lleva saliendo a las calles riosecanas en la noche del Martes Santo desde 2010. Fue en este año cuando se constituyó esta cofradía, que es la decimoséptima de la Pasión Riosecana.

El Mayordomo de 2025, Javier Fernández, como es habitual en Rioseco, invitó a sus hermanos cofrades a un refresco antes de salir en procesión. Tras una breve oración del párroco Alberto Rodríguez Cillero, el Cristo de la Clemencia salía del templo de Santiago en una bella y complicada maniobra para salvar la cancela de la portada neoclásica de la majestuosa iglesia jacobea.
Bajo los acordes de la Banda Municipal de Música y de la banda de cornetas al que da nombre el crucificado procesional, doce cofrades llevaban sobre sus hombros el paso, alumbrado por el resto de sus hermanos. Detrás, pueblo fiel, autoridades y la Vara Mayor de la Junta de Semana Santa.

Tras recorrer la calle de los Lienzos y Plaza Mayor, se llegó hasta la Rúa porticada, donde el paso bailó al ritmo de la música, meciendo lenta y armónicamente el conjunto.

ACTO DE ORACIÓN EN SANTA MARÍA

La procesión tiene un momento único en el templo de Santa María. El paso entrará por una de las puertas y saldrá por la contraria, tras un acto de oración. De nuevo, la fuerza y la pericia de los cofrades será determinante para que el Cristo salve las dos arcadas, en un bello instante que es aplaudido por los asistentes.

La calle Mediana dirige hasta la iglesia de Santiago, donde al filo de la media noche, el Cristo de la Clemencia hacía su entrada poniendo fin a esta procesión, antesala a los dos desfiles penitenciales más importantes de Rioseco: Jueves y Viernes Santo. Por el momento, aunque con intenso frío, la lluvia ha respetado. Los cofrades no dejan de mirar al cielo.