Olivia Molina, actriz: "El teatro tiene esa especie de resistencia y de acto comunitario único e irrepetible"

La obra 'Malditos Tacones' de Ignacio Amestoy llega al Boecillo este 8 de marzo

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Olivia Molina, actriz: "El teatro tiene esa especie de resistencia y de acto comunitario único e irrepetible"
Olivia Molina.
Javier Hernán Bouzo
Javier Hernán Bouzo
Lectura estimada: 6 min.

Olivia Molina es la tercera generación de artistas de la Familia Molina. Tiene una gran carrera en el mundo de la actuación la cual le ha dado un puesto de renombre en el círculo artístico español.

'Malditos tacones' es una obra escrita por Ignacio Amestoy que habla de dos mujeres que se enfrentan entre ellas con el poder en sus manos. Buscan la verdad y encuentran la gran mentira, dos vidas con éticas opuestas, dos mujeres que calzan sus tacones de maneras diferentes pero que encontrarán unión en esas diferencias. La obra llegará a Boecillo el próximo 8 de marzo a las 20:00 horas con una sola función.

Junto a Olivia Molina está en el escenario Luisa Martín que tiene un gran recorrido tanto en el teatro como en otros formatos. Cuenta también con la dirección de Magüi Mira y la producción de Jesús Cimarro.

Pregunta: 'Malditos tacones' aborda la historia de dos mujeres que se enfrentan al poder y buscan recuperar su dignidad, ¿Qué aspectos de su personaje le resultan más desafiantes o enriquecedores?

Respuesta: María García, el personaje que interpreto, es una mujer que se encuentra en un momento en el que necesita tener respuestas a ciertas cosas que no le dejan avanzar en la vida. Está en un momento de madurez en el que dices que necesitas avanzar y para eso necesitas enfrentar la verdad, la verdad de tu pasado, de tu familia. Este personaje entra en un espacio metafórico que simula un ring del que los dos personajes no pueden salir y nos vemos enfrentadas la una con la otra. Estamos enfrentadas para nombrar las verdades, ese aspecto en el que una entra en ese tipo de conversaciones sabiendo que va a salir transformada y que le va a cambiar la vida. Me parece muy interesante como ella entra en ese espacio sabiendo que nunca nada va a ser igual. Ese motor me parece muy interesante y creo que todos podemos vernos reflejados ahí en algún momento de la vida.

P: También se centra en la relación de dos mujeres que tienen éticas opuestas, ¿Cómo describiría la dinámica entre estos dos personajes y que cree que aporta al mensaje de la obra?

R: Son dos mujeres que vienen de dos familias muy distintas, que se han educado de maneras muy diferentes y tienen unas circunstancias vitales diferentes. Son de generaciones diferentes y en principio creen que son enemigas la una de la otra y según van desgranándose y conociéndose van encontrando que los dolores que las atraviesan son muy similares, esto es porque los dolores que atraviesan afectan al ser humano y en concreto a las mujeres. Las injusticias que muchas veces viven, los dolores respecto a ciertos abusos, los pesos de la estética de la sociedad en cuanto a lo que se espera de ellas como individuo y como mujer. Van viendo que igual no son tan diferentes y se reconocen, a pesar de sus diferencias, la una de la otra. Ese reconocimiento hace poder trascenderlo del suyo propio. Es un poco esa dinámica en la que uno puede aceptar  y entender la lucha de otras mujeres y otras personas y que cuando las valoro algo avanza y con ello avanzamos como sociedad. Eso es muy interesante, la dinámica que tienen la una con la otra es una especie de reconocimiento de la lucha de la otra, al final es una cadena y todas formamos parte de ella y esto me emociona mucho vivirlo desde el escenario.

P: Su compañera en la obra es Luisa Martin, ¿Cómo ha sido compartir escenario con ella?

R: Está siendo muy enriquecedora y muy hermosa. Para empezar yo admiro mucho a las mujeres que han atravesado esta profesión y que han crecido en ella. Está en un momento dulce de su vida, es una capitana y es una mujer que sabe lo que es este oficio que es contar y desgranar seres humanos y poder ponerlos en el escenario me parece muy inspirador. Estoy aprendiendo mucho, es una mujer que tiene muchas tablas y estoy muy contenta. Solo estamos las dos en el escenario en un espacio muy desnudo y tenemos que contar la una con la otra, tenemos una gran confianza que se ha ido fraguando función a función y desde los ensayos. Esto nos da muchas alas a la hora de atravesar la función.

P: Los tacones en la obra son sinónimo de empoderamiento y seducción femenina, ¿Cuál es para usted simbolismo que tienen los tacones?

R: Creo que no les he dado el arquetipo contradictorio al que tiene, muchas veces impuesto como sinónimo de belleza y feminidad y a la vez nosotras sufrimos tanto cuando los llevamos. Nos duelen los pies, no podemos caminar, no podemos bailar y no podemos hacer lo que nos gusta. Es igual que los corsés y las faldas en su momento que eran muy incómodas, al final son prendas que nosotras llevamos porque somos parte de esta sociedad y hemos decidido llevar pero muchas veces nos merman libertad. Hoy en día está mucho más en el suelo y nosotras podemos decidir cuándo si y cuando no y sabemos los riesgos de llevarlos y con eso decidimos que hacer. Es verdad que el personaje lleva tacones como un elemento con el que se identifica, es su identidad. En un momento dado en su viaje a su esencia  se atreve a bajarse de ellos y llega a la conclusión de que no los necesita para sentirse como una mujer. Este viaje puede ser más que unos tacones, puede ser una etiqueta de la que te bajas y te bajas de lo que se espera de ti, dejar de identificarse con ciertos pesos de la sociedad. Pesos como el envejecer o las canas que ya no te hacen bella, son pesos que todos vivimos pero afecta más a las mujeres. A partir de ello decidir dejar de darle ese lugar tan importante y ese es un poco el tema de la función.

P: Estrenasteis en el Teatro Bellas artes de Madrid y ahora venís a Valladolid, ¿Cuáles son sus expectativas en cuanto a la recepción del público?

R: La verdad el simple hecho de que  nos reunamos para escucharnos me parece un privilegio. Por algo el teatro ha atravesado y es el arte más antiguo y creo que es importantísimo que se siga respetando como sucede y que se siga haciendo. Tenemos derecho de seguir viendo a la gente cara a cara y más en este momento en el que estamos tan engullidos por las pantallas y las plataformas de las que yo soy parte. El teatro tiene esa especie de resistencia y de acto comunitario único e irrepetible. Espero que se dé este momento y se viva como tal, único, sencillo e importante donde nos escuchemos unos a otros.

P: ¿Cuál es el mensaje que quiere que se lleve el público después de ver la obra?

R: Creo que es una función que pone en el escenario a dos personas buscándose y a dos personas confrontándose para poner en el mundo quienes son. Es una conversación que Ignacio Amestoy ha trabajado con tanto mimo y en la que un encuentro a vida o muerte ves a dos mujeres en un momento transformador de su vida y muy emocionante. Ves a dos mujeres caer y levantarse, dos mujeres que se ríen de ellas mismas y llorarse y que se levantan la una a la otra. No es un espectáculo que termine cerrado con algo que digas este es el mensaje, acaba en la cabeza del espectador. Es una conversación de dos personas que están tratando de salir adelante y de sanarse y eso es lo que mostramos en el escenario. Mucha gente nos lo ha dicho a lo largo de la gira lo hermoso que es ver a dos personas desnudándose en el escenario y transformándose. Esas conversaciones con cualquier persona que sabes que te va a cambiar y que a partir de ese momento todo va a ser diferente.

P: Aparte de Malditos tacones, ¿hay algún otro proyecto de futuro que pueda compartir que tengas en mente?

R: Malditos tacones está ocupando todo mi espacio, la gira es muy intensa y muy larga. Ocupamos los fines y entre semana yo estoy criando, me estoy dando espacio para estar presente. A partir de diciembre que es cuando acaba la obra por suerte tengo más proyectos de teatro, así que seguiré estando sobre las tablas como hasta ahora preveo.

P: Ha hecho cine, televisión y teatro, ¿Con cuál de las tres se quedaría en caso de que solo pudiese hacer una para toda la vida?

R: Las tres me han reportado y son formatos únicos y deliciosos. No sabría decir, hasta ahora he tenido la suerte de crecer y estar en proyectos que me han nutrido mucho en las tres. Si es verdad que de algún modo el teatro te pone en un perfil de riesgo que a mí me resulta muy hermoso quizá tiraría por él.

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