La clase práctica con beceristas de escuelas taurinas resultó un éxito y congregó a casi 8.000 personas
La Catedral ampara el último acto de una Semana Santa deslucida por el tiempo
La Misa Pascual se celebró en el templo vallisoletano con presencia de la talla del Cristo Resucitado
El Domingo de Resurrección es un día especial. Es el día en el que los fieles conmemoran la vuelta a la vida de Jesucristo y, tradicionalmente, lo hacen en una procesión en la que el Cristo Resucitado vuelve a encontrarse con su Madre, la Virgen de la Alegría.
Pero este domingo, como ha sucedido casi a lo largo de toda la Semana Santa, la Procesión del Encuentro se tuvo que suspender a causa de las lluvias que hicieron acto de presencia desde primera hora de la mañana, por lo que el acto central del día fue la Misa Pascual que se celebró dentro de la Catedral de Valladolid.
Hubo un pequeño lapso en el que la lluvia cesó y permitió el traslado del Cristo Resucitado a la seo para que, al menos, los muchos fieles congregados en el templo pudieran conmemorar el feliz momento de la resurrección de Cristo, aunque no pudiera, en esta ocasión, encontrarse con su madre, ya que la talla de la Virgen no pudo estar presente en la homilía.