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Confianza y permanencia, la clave del éxito de los 25 años del Programa de Convivencia entre jóvenes y ancianos de la UVa
Consiste en la estancia de un estudiante en el domicilio de una persona mayor a cambio de no pagar el alquiler y hacerse compañía mutuamente
Empezar una nueva etapa suele ser complicado. Miles de estudiantes se ven obligados a trasladarse para comenzar una carrera universitaria. Cambiar de ciudad no solo supone alejarse de la familia y amigos si no también buscar alojamiento, adaptarse a la ciudad y conocer gente nueva.
La Universidad de Valladolid (UVa) celebra el 25 aniversario del Programa de Convivencia que cuenta con un total de 413 convivencias a sus espaldas. César Vega, el técnico de asuntos sociales de la UVa, explica que "no son grandes números pero sí que tenemos la certeza de que gracias a este programa hay estudiantes que han podido estudiar y personas mayores que han sido capaces de paliar su soledad con la presencia de estudiantes".
Surge como resultado de un convenio entre la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León, los ayuntamientos de Valladolid, Palencia, Segovia y Soria y la Universidad de Valladolid. Consiste en la estancia de un estudiante en el domicilio de una persona mayor a cambio de no pagar el alquiler y hacerse compañía mutuamente.
Los estudiantes tendrán que abonar una cantidad económica por los gastos corrientes que genere que será establecida de mutuo acuerdo. Además, recibirá un reconocimiento académico por el apoyo prestado a las personas mayores. Por su parte, la persona mayor de 60 años tiene que permitir al estudiante acceder a todas las zonas comunes de la vivienda, respetar su intimidad y facilitarle una habitación con lo necesario para desarrollar su actividad académica.
Para César, la clave del éxito de este programa es "el alto grado de permanencia de las personas en el programa, el principal motivo de disolución es porque uno deja de cumplir los requisitos. La persona mayor suele volver a solicitar otro estudiante cuando acaba su experiencia. El estudiante con cierta seguridad también aunque menos".
Verónica es una estudiante de química que accedió al programa en segundo de carrera porque no tuvo una buena experiencia durante su primer año compartiendo piso y "no me apetecía meterme en un piso con gente desconocida que me hiciera pasar otro año como el primero".
Para poder acceder tuvo que pasar por un proceso de selección que consta de tres fases, primero un cuestionario por escrito donde ambos ponen sus datos y sus necesidades, una segunda fase con entrevista presencial en el domicilio de la persona mayor y al estudiante presencial o por llamada, la tercera fase es una entrevista entre las dos personas presencial en el domicilio en cuestión donde se conocen y deciden si iniciar la convivencia o no. Se han convocado tres plazas para el curso 22/23 que se pueden solicitar hasta el 26 de agosto.
"Aunque una persona sea válida para participar en el proceso solo se selecciona si hay un perfil compatible. Está limitado por un componente temporal. En verano hay más perfiles de estudiantes que de personas mayores y en invierno es al revés pero los estudiantes ya se han instalado en otras casas. Tendremos unas 25 solicitudes por colectivo y año" apunta César.
Verónica cree que "tuve suerte, la mujer con la que viví se portó muy bien conmigo, podía hacer cualquier cosa: invitar a amigas, redecorar mi habitación... tenía la libertad de siempre y saber que estoy acompañando a una persona mayor aunque solo sea con mi presencia pues también es algo que me gusta".
Una vez comienza la convivencia, empieza el periodo de seguimiento. El primer año consta de dos periodos: un mes de prueba durante el que los encargados del programa están muy encima y contactan casi de manera semanal de manera presencial o telefónica y el segundo empieza una vez que se ha consolidado la convivencia, cada mes pasan por la convivencia para ver qué tal se van adaptando. El segundo año, en una convivencia asentada, desde la UVa "le llamamos por compromiso pero la resolución de conflictos lo hacen ellos aunque estemos detrás".
Las convivencias tienen un seguro de convivencia que cubre tanto al hogar como a ambas partes. César explica que "se actúa de manera individualizada. Si se cancela la convivencia, en el caso de la persona mayor es más fácil porque en el peor de los casos se queda como estaba antes, si hay problema de incompatibilidad se busca otro más adecuado. En el caso del estudiante, la uva se hace cargo, se realoja si hay otro compatible para él y si no en alguno de los espacios disponibles de la universidad para darle al menos un mes de plazo para encontrar otra cosa válida para el estudiante".
Dentro de las convivencias suelen surgir problemas y las relacionadas con el programa no iban a ser menos. Sin embargo, César confirma que "tienen la seguridad y el aval de que es un programa público y que hay técnicos que hacen el seguimiento de la convivencia para evaluar si la convivencia va por buen camino o es necesario realizar ajustes o disolver la convivencia si fuese necesario". Pese a ello, afirma que "estamos contentos de las altas tasas de éxito".
La pandemia del Covid-19 hizo mella en el programa, César confirma "hemos bajado bastantes solicitudes de personas mayores, son un colectivo de riesgo y tienen cierto miedo a compartir su espacio con una persona más socializada. Las de estudiantes se mantienen o incluso han aumentado".
La experiencia de Verónica duró tres años y la pandemia "nos pilló de por medio". Una de sus mayores preocupaciones era que "si le llegaba a pasar algo, si se contagiaba por mi culpa, no me lo iba a perdonar".
"Animo a la gente que pruebe esta experiencia y si no es esto, cualquier tipo de voluntariado con personas mayores porque de verdad que enriquece bastante y a fin de cuentas nosotros acabaremos siendo esas personas mayores y querremos que nos hagan compañía y que nos escuchen" continúa. Sin embargo, "a día de hoy no repetiría la experiencia, he cambiado de forma de ser y tengo unas necesidades distintas pero es algo que para mí como persona, me ha aportado muchísimo y me ha hecho ver muchas cosas de forma distinta a la forma en la que las veía con respecto a las personas mayores".